Los muertos descansan
(Los vivos sin sombra)
Por eso digo
Señor ministro
De qué se ríe
Aquí en la calle
Sus guardias matan
Y los que mueren
Son gente humilde
Y los que quedan
Llorando de rabia
Seguro piensan
En el desquite…
(Mario Benedetti) ¡Nos vemos en el 2010!
(Los vivos sin sombra)
Por eso digo
Señor ministro
De qué se ríe
Aquí en la calle
Sus guardias matan
Y los que mueren
Son gente humilde
Y los que quedan
Llorando de rabia
Seguro piensan
En el desquite…
(Mario Benedetti) ¡Nos vemos en el 2010!
Sergio Lugo/ Red Social/ Taxco
El pasado “día de muertos” que en realidad fue el (31 de octubre, 01 y 02 de noviembre) en Taxco, fue algo interesante en el sentido de ver tres culturas: la indígena, la española católica y la occidental (europea –norteamericana).
El poner ofrenda a los muertos es una tradición indígena mesoamericana, la cual cuando llegaron los españoles a nuestro territorio se aprovecharon de esto para agregarle la religión católica: la Cruz, así también esta costumbre se haría mestiza, sin embargo es una de las pocas de origen pre-colombino que aún prevalece en nuestros días, en general entre indígenas, católicos y ateos.
Una tradición extranjera se ha apropiado de México: Halloween, en su versión estadounidense. No estoy de acuerdo con ella, el hecho de disfrazarme de algún ser horrible y malvado no me produce placer, pero a la mayoría de los taxqueños les llena de pasión, (y no hablo de los niños que no saben su significado) si no de los adolescentes y adultos quienes el 31 de octubre, optaron por recorrer los callejones de la ciudad platera ataviados con trajes y máscaras de monstruos, quizá sienten un éxtasis el provocar miedo sin mostrar su rostro, pero sin ocultar su anonimato. Pero ¿quién desafía y le provoca miedo a la “muerte”? quizá solo nuestros antepasados.
Alguien decía que debemos prohibir esta tradición en México, pero en todo caso ¿deberían prohibir la tradición de “día de muertos” en otros países? ¿Para que no los invadamos a ellos? Creo que la mejor forma de combatir el Halloween es precisamente con “el día de muertos” porque nosotros nos burlamos de la muerte y el Halloween lo que hace es reproducir el miedo a los científicos y alquimistas asignándoles el nombre de “Brujas y demonios” esto es: la Iglesia Católica europea no permitía que la ciencia, en especial la química destruyera los dogmas religiosos, en donde varios reyes y sacerdotes se decían los representantes de Dios en la Tierra.
Por eso felicito a quienes en el centro de Taxco hayan puesto ofrendas, como en la calle de muerte, afuera del museo Spratling y dentro de la Casa Humboldt , el 31 y 01 noviembre, cuando más afluencia turística tuvimos. Por un lado porque es resaltar nuestras raíces y segundo porque eso es lo que les agrada a los turistas extranjeros: ver nuestra cultura que son las flores de Cempoalxochitl, el fuego, el incienso, “las pipilitas”, el guayabate, las flores de terciopelo, el tequila, el mezcal, las calaveras, el color… a nuestros muertos.
También me alegró que Roberto Díaz Portillo junto con una joven Rosa Isela Guizado . Le dedicaron un homenaje poético- musical en el Museo de Arte Virreinal a los fallecidos este año: Mercedes Sosa y Mario Benedetti, (donde sus fotos estuvieron junto con las de Humboldt, Amador Lugo y Carlota Von Wuttenau. El 31 y 01 cantaron y declamaron: “Solo le pido a Dios”, “Gracias a la vida”, “Un Padre nuestro latinoamericano”, “De qué se ríe (seré curioso)” –dedicada los actuales políticos que aprobaron el IVA del 1 %-. Los intérpretes le dieron un respiro a la izquierda.
En uno de esos conciertos hubo varios turistas entre ellos una francesa: Julie Grandjouan quien estaba tomando fotos del evento, le pedí que me mandara sus imágenes para conocer lo que sentía (además de que yo no tenía cámara) por eso decidí publicar sus fotos, que demuestran en gran medida lo que un turista ve y siente por nuestro “día de muertos”, donde nosotros miopes, casi ciegos en la oscuridad del Halloween no podemos ver –o no queremos-. Me gustan sus imágenes.
Nuestros abuelos indígenas mesoamericanos, tenían una concepción diferente del inframundo, por ejemplo los aztecas eran guerreros y no le temían a la muerte, eran bravos. En cambio el español católico invasor de América era muy supersticioso y cobarde para pelear pues temía perder la vida, aún sintiéndose bendecido por Dios.
El pasado “día de muertos” que en realidad fue el (31 de octubre, 01 y 02 de noviembre) en Taxco, fue algo interesante en el sentido de ver tres culturas: la indígena, la española católica y la occidental (europea –norteamericana).
El poner ofrenda a los muertos es una tradición indígena mesoamericana, la cual cuando llegaron los españoles a nuestro territorio se aprovecharon de esto para agregarle la religión católica: la Cruz, así también esta costumbre se haría mestiza, sin embargo es una de las pocas de origen pre-colombino que aún prevalece en nuestros días, en general entre indígenas, católicos y ateos.
Una tradición extranjera se ha apropiado de México: Halloween, en su versión estadounidense. No estoy de acuerdo con ella, el hecho de disfrazarme de algún ser horrible y malvado no me produce placer, pero a la mayoría de los taxqueños les llena de pasión, (y no hablo de los niños que no saben su significado) si no de los adolescentes y adultos quienes el 31 de octubre, optaron por recorrer los callejones de la ciudad platera ataviados con trajes y máscaras de monstruos, quizá sienten un éxtasis el provocar miedo sin mostrar su rostro, pero sin ocultar su anonimato. Pero ¿quién desafía y le provoca miedo a la “muerte”? quizá solo nuestros antepasados.
Alguien decía que debemos prohibir esta tradición en México, pero en todo caso ¿deberían prohibir la tradición de “día de muertos” en otros países? ¿Para que no los invadamos a ellos? Creo que la mejor forma de combatir el Halloween es precisamente con “el día de muertos” porque nosotros nos burlamos de la muerte y el Halloween lo que hace es reproducir el miedo a los científicos y alquimistas asignándoles el nombre de “Brujas y demonios” esto es: la Iglesia Católica europea no permitía que la ciencia, en especial la química destruyera los dogmas religiosos, en donde varios reyes y sacerdotes se decían los representantes de Dios en la Tierra.
Por eso felicito a quienes en el centro de Taxco hayan puesto ofrendas, como en la calle de muerte, afuera del museo Spratling y dentro de la Casa Humboldt , el 31 y 01 noviembre, cuando más afluencia turística tuvimos. Por un lado porque es resaltar nuestras raíces y segundo porque eso es lo que les agrada a los turistas extranjeros: ver nuestra cultura que son las flores de Cempoalxochitl, el fuego, el incienso, “las pipilitas”, el guayabate, las flores de terciopelo, el tequila, el mezcal, las calaveras, el color… a nuestros muertos.
También me alegró que Roberto Díaz Portillo junto con una joven Rosa Isela Guizado . Le dedicaron un homenaje poético- musical en el Museo de Arte Virreinal a los fallecidos este año: Mercedes Sosa y Mario Benedetti, (donde sus fotos estuvieron junto con las de Humboldt, Amador Lugo y Carlota Von Wuttenau. El 31 y 01 cantaron y declamaron: “Solo le pido a Dios”, “Gracias a la vida”, “Un Padre nuestro latinoamericano”, “De qué se ríe (seré curioso)” –dedicada los actuales políticos que aprobaron el IVA del 1 %-. Los intérpretes le dieron un respiro a la izquierda.
En uno de esos conciertos hubo varios turistas entre ellos una francesa: Julie Grandjouan quien estaba tomando fotos del evento, le pedí que me mandara sus imágenes para conocer lo que sentía (además de que yo no tenía cámara) por eso decidí publicar sus fotos, que demuestran en gran medida lo que un turista ve y siente por nuestro “día de muertos”, donde nosotros miopes, casi ciegos en la oscuridad del Halloween no podemos ver –o no queremos-. Me gustan sus imágenes.
Nuestros abuelos indígenas mesoamericanos, tenían una concepción diferente del inframundo, por ejemplo los aztecas eran guerreros y no le temían a la muerte, eran bravos. En cambio el español católico invasor de América era muy supersticioso y cobarde para pelear pues temía perder la vida, aún sintiéndose bendecido por Dios.
El 02 de noviembre en el callejón de Taxco “conocido como del mión o del hippie” se le rindió una ofrenda a los artesanos que alguna vez vinieron a este pueblo pero también a El Che, Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Juárez, Flores Magón, Zapata y Villa. Se regaló ponche a todos los presentes, además de que hubo música de protesta. Esas ofrendas y esos muertos son los que nos dan identidad y demuestran que los muertos en realidad solo están descansando y que pronto se levantaran con el clásico respiro: ¡La lucha sigue! Para el 2010.
Fotos: Julie Grandjouan
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